domingo, 29 de junio de 2014

¿Como influye en los habitantes de la frontera Colombo-Venezolana (Cúcuta) lo que ocurre actualmente en ella?





INTRODUCCIÓN


En este ensayo se expondrá breve y concisamente, las situaciones y problemas que aquejan a esta ciudad (Cúcuta) en forma general, como lo son el desempleo, la informalidad, el abstencionismo y clientelismo político, entre otros. Se hace un pequeño análisis sobre las causas y consecuencias de éstos, con el fin de exponerlos y estudiarlos. Concluye con algunas ideas propias presentadas como propuestas soluciones por el autor.



Nota del autor:

(La realización de este ensayo trascurrió durante el mes de Mayo de 2014, algunos eventos descritos en él pueden haber cambiado con el paso del tiempo)




LA FRONTERA.
  

A pesar de ser una frontera fija, establecida por la delimitación geográfica que compone a los estados colombiano y venezolano, es paralelamente dinámica en sus actividades humanas y económicas, siendo estas dos, estrechamente sinérgicas y plenamente dependientes una de la otra. Comencemos por describir tales actividades.

Las más corrientes son el comercio formal e informal, tales actividades prestan un servicio a la comunidad; pero en el caso del comercio informal, este  adolece de legalidad y en muchos de sus casos incurre en irregularidades a la hora de ofrecer su producto, baja calidad del mismo, evasión de impuestos, atenta contra la sana competencia, fomenta el contrabando y no da garantía alguna.

El comercio formal cumple con las expectativas y normatividad planteadas por el ente regulador oficial que se encarga de todo funcione, se distribuya y garantice un correcto servicio al usuario final, paga sus respectivos impuestos y estos forman parte del presupuesto que el ente territorial utiliza para el buen desarrollo de la comunidad.

Se preguntarán ¿Cómo influye esto en nosotros los habitantes de la frontera? Pues bien, lo hace de muchas formas, a veces a nivel individual es positivo pero a nivel de comunidad trae consecuencias negativas. Pero para determinar que tanto bien o mal nos hace con precisión, necesariamente se requiere de un meta-análisis muy profundo sobre otros estudios precisos del tema en cuestión.

En este caso, no efectuaremos tal procedimiento, pero sí podremos analizar como nos afecta positiva o negativamente consultando la vida diaria de cualquier ciudadano cucuteño, y los hechos que se dan al otro lado de la frontera.


CONTRABANDO


El contrabando en Cúcuta es un delito convertido en una costumbre socialmente aceptada. A nivel individual, un ciudadano recurre a la frontera a mercar y abastecerse para sí mismo, que es normal y legal. ¿Cuándo se convierte en delito? Cuando unos pocos acaparan y masifican productos adquiridos en la zona venezolana y los traen a la zona colombiana para abastecer tiendas, minimercados, mercados ambulantes, puestos piratas de combustibles, y hasta semovientes que, en un hábil manejo de influencias, pasean circularmente por la frontera y lo reingresan como importado o propio cobrándose varias veces el valor de importación de la misma mercancía como si fuera un lote nuevo.


¿Que sucede con esto? Sucede que todo aquel negocio que se abastece de esta manera,  apoya el comercio ilegal masivo, no paga impuestos, y se toma libertades al cobrar precios arbitrarios, no ejerce sana competencia con quienes sí cumplen las normas comerciales, no tienen intención de controlar la calidad de sus productos, entre otras.

¿Por qué existe esta clase de comercio basado en contrabando?  Por la desigualdad social que impera en la ciudad. El bolsillo de muchos cucuteños no alcanza para cubrir los precios estándar de los establecimientos regulados y obliga a optar por estas alternativas, que incluso los pudientes no dudan en aprovechar. Al haber demanda, hay oferta, pero desigual.  Incluso, por más que se impulsen políticas represivas contra esta clase de contrabando, no va a disminuir su consumo sustancialmente, pues es una respuesta que no soluciona el problema mientras no se mejore la capacidad adquisitiva del consumidor local, sin contar con la corrupción y antipatía que también aflora en los representantes públicos.

Pasemos a otro aspecto del comercio informal e ilegal, el contrabando de combustibles.  “lo barato sale caro” reza el dicho, y no es mentira. Gasolina ligada, sucia, de dudosa calidad es lo que compra el consumidor al acercarse a expendedores de gasolina callejera. Estos costos amañados del combustible sumados a las dolencias mencionadas hacen repagar el producto ¿Cómo? Pues afectando la utilidad de los vehículos, gastando dinero en mantenimientos que se podían evitar por usar combustible sucio, pagando más por pimpinas con medidas dudosas, cuando al tanquear en expendios legales se obtiene lo que se paga, con la respectiva duración por galón, etc. Y eso que por estar en frontera tenemos combustible de calidad subsidiado, medida que ha hecho caer en cuenta al consumidor local que lo supuestamente barato sale caro y que atenta contra el vehículo y el bolsillo.

Sin embargo, aunque en frontera tengamos precios relativamente (asequibles) del combustible, sigue siendo costoso, y cabe recordar que Colombia es un país productor de gasolina y aún así es la más costosa de Latinoamérica, pues está recargada con impuestos de todo tipo.


POLÍTICA Y FRONTERA


Cambiemos un poco el matiz del problema y vamos a observar la frontera a nivel político, desde el punto de vista de un ciudadano corriente.


MINIMA GENERACIÓN DE EMPLEO ESTABLE

Gracias a la proliferación del modelo de contratación conocido como “Prestación de Servicios”, se ha logrado evadir la responsabilidad de los patronos con los empleados, esta es, cubrir las garantías por ley hacia el empleado como lo son: pago de seguridad social, primas anuales, riesgos profesionales, cesantías vacaciones, horas extras y demás; las cuales mediante este modelo de contrato son evitadas a toda costa y es utilizado indiscriminadamente para cualquier duración contractual.

Con esta condición el empleado debe cubrir de su salario los gastos de seguridad social, adicional debe pagar una serie de “estampillas” mensuales (si es empleado público) que reduce su ya golpeado salario en porcentajes exagerados, y si se es cuota política de algún corrupto, pagarle económicamente el favor. Tantos gastos para en últimas, el asalariado independiente conserve neto menos del 50-60% de su supuesto salario devengado.

Con esto podemos hacernos una idea clara de que, ni es un empleo estable, ni es un empleo rentable, no solo tima al contratista, sino que también le explota laboralmente, pues muchos jefes exigen cumplimiento de horarios siendo estos mismos no obligatorios por ley.


CLIENTELISMO Y ABSTENSIONISMO ELECTORAL


A la hora de votar por algún cabildante, siempre veremos la demagogia que estos aplican al poco informado ciudadano.  Cuentan verdades a medias, se atribuyen méritos ajenos y hacen promesas que no se cumplirán; todo esto hace que el ciudadano engañado, en el mejor de los casos, decida por la opción de abstenerse a elegir un político X o Y ya que en medio de su ignorancia, es mucho más sencillo abstenerse de ejercer su derecho al sufragio que informarse y con datos en mano, decidir a conciencia su futuro gobernante.  Por otro lado están quienes cada 4 años esperan la paca de cemento, el mercado y los 30 mil pesos por voto para darle un giro de tuerca a su cotidianidad aburridora y tener una excusa para festejar un almuerzo y cerveza o echarle pañete a esa parte de la vivienda que en obra negra se encuentra desde hace un tiempo.   Desde ambos casos, el clientelista y el abstemio se encargan de allanar el terreno para aquellos rapaces interesados en el poder. Incluso de esto no se salvan ni los abuelos y pensionados que, fieles a su partido rojo o azul, recuerdan con nostalgia sus épocas pasadas del Frente Nacional y gritan a todo pulmón “viva el partido XXXXXX” y votan ciegamente.  La carencia de información y el desconocimiento de los derechos y deberes individuales hacen posible este mal panorama que también ahonda sus dedos en la llaga de la desigualdad social local.

Si esto pasa por el lado colombiano, por el lado venezolano es mucho más complicado. Venezuela se debate en dos facciones políticas por el poder estatal; una de ellas quiere recuperar la capacidad socioeconómica perdida por el modelo político imperante, y este último, desea con todas sus fuerzas mantenerse vigente cueste lo que cueste.  ¿Qué ha logrado el gobierno actual de Venezuela? Deprimir al país en todos los aspectos imaginables: Devaluó la moneda, se apoderó de propiedades privadas, eliminó la industria privada y se vio incapaz de reemplazarla con eficiencia, importando de China lo que antes se producía en la nación y con una calidad deplorable, minó las relaciones con otros países de la región y entró en una crisis que no parece tener reversa.  Todo esto polarizó a sus habitantes haciendo que los pobres se volvieran “drogodependientes” de las migajas del Estado venezolano a cambio de mantenerlo en el poder y ahorrarse la pereza de trabajar y ser mínimamente productivos y cultos, y la otra mitad, buscando reivindicarse, sostiene una queja mediocre entre marchas y protestas que por más numerosas que sean y lleven sangre consigo, nunca logran suprimir la habilidad de distorsionar la realidad por parte del totalitario régimen estatal venezolano.

Los problemas sociales y económicos de Venezuela afectan las relaciones colombo-venezolanas en política estatal y relaciones entre los pueblos, ha ocasionado el éxodo de muchos venezolanos e incluso la repatriación de otrora colombianos que decidieron buscar mejor vida en aquel país.  Localmente, el comercio cucuteño fue el más perjudicado de los implicados pues como sus clientes eran mayormente venezolanos, a estos no se les volvió a ver por la ciudad y los comerciantes perdieron su principal fuente de compradores quienes lo adquirían todo en cantidades sin importar el precio y el flujo de caja en los comercios era constante y sonante.  Esas épocas de bonanza se acabaron y muchos comerciantes se vieron obligados a cerrar sus puertas, a reducir sus nóminas y por consiguiente, aumentar forzosamente el número de desempleados.


ALGUNAS IDEAS COMO POSIBLES SOLUCIONES


Si bien la gran mayoría de los clientes del comercio cucuteño eran venezolanos, y que debido a su gran crisis económica tal vez no veamos en muchos años, algunas de las posibles soluciones estaría basada en lo siguiente:

  • Reemplazar estos clientes extranjeros por clientes nacionales, creando empresas dirigidas a buscar nuevos compradores en otras zonas del país a partir de los productos que aquí mismo se producen, puesto que la región no tiene gran capacidad adquisitiva para sostener la gran demanda de empleo. Es fundamental dejar de depender de Venezuela económicamente, y si bien el comercio aun permanece entre ambas naciones de manera mediocre, se debe pensar en mejorar nuestra economía y no deprimirla más, esperando a que algún día Venezuela venga a comprar y nosotros dejemos de pasar hambre.

  • Debemos buscar nuestro propio sustento económico atrayendo inversionistas foráneos, se puede acordar con ellos un trato preferencial en materia de impuestos por un tiempo definido para que tengan facilidades de impulsar su franquicia, claro, con ciertas condiciones acordes al tipo de inversionista.

  • Otra idea podría ser, jornadas continuas y gratuitas de educación sobre temas económicos, diseñados para mejorar las capacidades intelectuales y creativas en materia de comercio, así re-estructurando el pensamiento comercial de los cucuteños, evolucionando la idea del empleo formal y el comercio legal,  dándole paso a la búsqueda de recursos de otras fuentes gracias al ingenio empresarial e independizándonos del comprador venezolano. Las campañas pueden hacerse en sectores productivos muy usados en la región, de la mano del SENA y sus instructores calificados, financiados directamente por las alcaldías de la zona metropolitana y la Gobernación del departamento  y sin depender de la Cámara de Comercio. El público a quien va dirigido esto sería el ciudadano corriente, no el que ya es empresario afianzado y que conoce bien las reglas de juego.

  • Concientizar a la población de los problemas económicos que acarrean el comercio de contrabando, la informalización del empleo y el gravísimo problema del clientelismo político, mostrándole y socializando las cifras reales a la población y las consecuencias de estos actos en general, se podría empezar un camino de revolución ciudadana hacia las mejoras que se requieren y que esta ciudad, aun dormida, no conoce.

  • Se debe empezar a estudiar con un buen análisis independiente, y crear sin existe, un meta-análisis detallado sobre otros estudios relacionados de las criticas hechas a la ciudad, no con el fin de aborrecerlas o repudiar a quien las hace, sino para aprender sobre que y en qué debemos mejorar para hacer nuestra ciudad cada día más competitiva y cosmopolita.






BIBLIOGRAFIA.


El cucuteño promedio, revista SOHO en Internet:

Chatarreros bloquean paso fronterizo, La Opinión en Internet:

Gasolina en Ureña sería solo para vehículos de ese municipio, La Opinión en Internet:

Reducirán cupo de gasolina a colombianos en Ureña, La Opinión en Internet:

Pimpineros bloquearon las entradas principales a Cúcuta, La Opinión en Internet:

Lucha contra el contrabando, ¿Una guerra perdida? La Opinión en Internet:

Gasolina de contrabando, La Opinión en Internet:

A prisión 6 procesados por “cartel de la carne”, La Opinión en Internet:

Policía Fiscal y Aduanera incautó animales, frutas y medicamentos, La Opinión en Internet:

Colombia, un país abstencionista, La Opinión en Internet:

El abstencionismo puso a sufrir a los candidatos, La Opinión en Internet:

858 denuncias por fraude electoral reportó la MOE, La Opinión en Internet:

Claves para entender la crisis venezolana, La Opinión en Internet: