Cuando una estrella muere, puede nacer un agujero negro. La estrella moribunda se colapsa sobre sí misma, haciéndose cada vez más pequeña y densa, hasta reducirse a un solo punto de radio cero y densidad infinita. A ese punto se le llama singularidad, y es tan denso que ni siquiera la luz cercana puede escapar de su fuerza gravitatoria. Todo aquello que esté próximo a la estrella es absorbido.
Cuando se lanza un cohete al espacio, es necesario que vaya lo suficientemente rápido como para escapar a la atracción gravitacional de la Tierra. Si no logra alcanzar su velocidad de escape, simplemente vuelve a caer a la superficie del planeta. La atracción gravitacional de un agujero negro es tan fuerte que la velocidad de escape es superior a la de la luz, y por tanto nada puede escapar de su influjo porque nada puede ir más rápido que la luz. La frontera que rodea la singularidad y marca el lugar en el que la velocidad de escape es igual a la de la luz se conoce como horizonte de eventos. Cualquier cosa que caiga dentro de ese límite será absorbida por la singularidad.
Por supuesto, todo esto no es sino teoría. No podemos ni siquiera ver un agujero negro, puesto que no emiten luz. Sabemos de su existencia únicamente porque las masas de los objetos en el espacio interactúan entre sí. Un número elevado de estrellas orbitando alrededor de un punto oscuro indica que allí puede haber un agujero negro. Además, las singularidades son tan densas que pueden modificar la trayectoria de la luz. Así, los científicos pueden ver a veces desde la Tierra varias imágenes de una misma estrella, deduciendo así que entre nosotros y ella debe de haber un agujero negro.
Los agujeros negros son todo un enigma para los físicos. Parecen desafiar la ley de la mecánica cuántica que establece que la energía ni se crea ni se destruye. La luz absorbida por la singularidad parece destruirse, puesto que se comprime en un espacio infinitamente pequeño. Pero si de una forma u otra no fuera así, ¿podría escapar algún día? ¿Puede un agujero negro revertirse a sí mismo? Éstas son algunas de las cuestiones sin respuesta enunciadas por los astrofísicos.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. No hay nada que indique que los agujeros negros absorberán toda la energía del universo, pues sólo atraen a aquellos objetos que cruzan su horizonte de eventos.
2. Albert Einstein, repudiando los principios de la mecánica cuántica, dijo una vez: «Dios no juega a los dados con el universo». Al respecto de los agujeros negros, Stephen Hawking afirmó: «Dios no sólo juega a los dados, sino que además a veces los tira donde nadie pueda verlos».
3. Si usted quisiera cruzar el horizonte de eventos de un agujero negro, a alguien que observara desde fuera le parecería que cada vez se mueve más despacio pero que nunca llega a sobrepasarlo. La ilusión se explica por la inmensa gravedad del agujero negro, que atrae la luz que usted emite, haciéndola tardar cada vez más en llegar al observador que la mira desde lejos. Sin embargo, desde su punto de vista, usted cruzaría el horizonte de eventos y no le ocurriría nada especial hasta ser aplastado hasta la muerte dentro de la singularidad.