Fernando Vallejo Rendón
(Medellín, 24 de octubre de 1942) es un escritor y cineasta nacido en Colombia
(sin poseer dicha nacionalidad) y nacionalizado mexicano en 2007. Ha recibido
numerosos reconocimientos por sus obras, incluido el Premio Rómulo Gallegos y
el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, y se distingue por ser un
recio crítico de la
Iglesia Católica, la manera de hacer política en Colombia, la
falsa moral, la física, los formalismos y acérrimo opositor social del
expresidente Álvaro Uribe. Dos novelas suyas —El desbarrancadero y La virgen de
los sicarios— figuran en los 15 primeros lugares de la lista confeccionada en
2007 por 81 escritores y críticos latinoamericanos y españoles con los mejores
100 libros en lengua castellana de los últimos 25 años. Este escritor es ateo
autodeclarado, y en diferentes medios ha manifestado su desprecio por la
reproducción humana, por lo que no tiene hijos.
En 2012 fue reconocido como uno
de los "10 intelectuales más influyentes de Iberoamérica 2012" por
los lectores de la revista Foreign Policy
Biografía
Uno de los nueve hijos del
exministro y abogado conservador Aníbal Vallejo Álvarez, el futuro escritor
creció en Medellín, su ciudad natal.
Aficionado a la música, llegó a
ser un pianista excelente. Su gusto por Mozart, Chopin, Gluck y Richard Strauss
es destacable. Después de un año de estudios en la Facultad de Filosofía y
Letras de la
Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, se licenció en Biología
en la
Universidad Javeriana. Viajó a Europa para estudiar cine en
Italia, en la
Escuela Experimental de Cinecittá.
El 25 de febrero de 1971 Vallejo
se trasladó a Ciudad de México, donde ha producido la totalidad de su obra.
Desde entonces no ha vuelto a vivir en Colombia.
En septiembre de 2009 Fernando
Vallejo fue galardonado con el doctorado honoris causa de la Facultad de Ciencias
Humanas de la
Universidad Nacional de Colombia, después de un extenuante
trabajo debido a la polémica en torno a su obra.
Vallejo es consecuente con su
opción de género: homosexual y vive con su pareja, el escenógrafo David Antón.
Nacionalidad
En abril de 2007, obtuvo la
nacionalidad mexicana y el 8 de mayo del mismo año renunció a la colombiana.
Una declaración suya publicada por Caracol Radio el mismo día de su renuncia a
la ciudadanía colombiana dio la vuelta al mundo y causó reacciones encontradas
en casi todos los medios de Colombia.
Al renunciar a su nacionalidad,
Fernando Vallejo se refirió a su país natal en los siguientes términos: señaló
que "esa mala patria de Colombia" ya no es la suya."(...) y no
quiero volver a saber de ella. Lo que me reste de vida lo quiero vivir en
México y aquí me pienso morir", señaló el escritor.
"De pequeño descubrí que
Colombia era un país asesino, el más asesino de todos, luego me di cuenta que
era un país atropellador y mezquino y ahora con la reelección de Álvaro Uribe
descubrí que era un país imbécil" y ahí "solicité mi nacionalización
en México, que me dieron la semana pasada", precisó Vallejo en el escrito,
firmado en México y fechado el 6 de mayo de 2007.
Cinco meses más tarde, en octubre
del mismo año, afirmó —en una entrevista a María Jimena Duzán para El Tiempo—
que comenzaría los trámites para retomar la nacionalidad colombiana. Según
explicó Vallejo posteriormente, su renuncia a la nacionalidad colombiana se dio
a raíz de la denuncia que interpuso un grupo de civiles contra él y el director
de la revista SoHo por escribir un artículo que los demandantes consideraban
como un insulto a la religión. En primera instancia, un juez había decidido que
el director de la revista, Daniel Samper Ospina, y el escritor debían ir a la
cárcel, por lo que Vallejo decidió iniciar los trámites para obtener la
nacionalidad mexicana, porque consideraba una infamia la condena y no pensaba
someterse a ella. La decisión fue apelada por la revista y un año más tarde se
resolvió el asunto, pero el trámite para la nacionalización en México seguía su
curso y una de las condiciones era firmar un papel donde renunciaba a la
nacionalidad colombiana. Vallejo manifestó en 2009 su idea de querer regresar a
Colombia a vivir, sin importarle lo que le pueda pasar; sin embargo, hasta la
primera mitad del 2011, continuaba sin ser legalmente reconocido como
colombiano. Ese año, después de que se anunciara que había ganado el Premio FIL
de Literatura en Lenguas Romances, Vallejo declaró: "Pongámosle que soy
colombiano y mexicano, porque soy de donde nací y de donde me voy a
morir".
En 2009, en una entrevista para
El espectador, expresó su sentimiento de querer morir en Medellín: "Yo
aspiro a morirme en Colombia, en la casa en que nací, una casa en la calle del
Perú en el barrio Boston.
Obra
Vallejo ha destacado mundialmente
por sus novelas, pero —además de nueve de ellas (cinco de las cuales conforman
un ciclo autobiográfico), ha publicado tres libros de ensayos, una gramática
del lenguaje literario, dos biografías de poetas de su país (José Asunción
Silva y Porfirio Barba Jacob) y una del filólogo colombiano Rufino José Cuervo.
Su actividad como director y cinematógrafo, anterior a toda su obra literaria,
dejó tres películas, dos de tema colombiano, pero producidas en México.
Los cinco libros de su
autobiografía titulada El río del tiempo son: Los días azules (1985), que
refleja varios episodios de la infancia del autor en los escenarios de la finca
de sus abuelos (Santa Anita) y el tradicional barrio Boston de Medellín; El
fuego secreto (1987), donde explora como adolescente los caminos de la droga y
la homosexualidad en Medellín y Bogotá; Los caminos a Roma (1988) y Años de
indulgencia (1989) narran sus experiencias en Europa, especialmente en la
capital italiana, y en Nueva York; Entre fantasmas (1993) comprende los años en
que ha residido en Ciudad de México, donde vive desde 1971.
Vallejo es autor de la biografía
del poeta antioqueño Miguel Ángel Osorio, mejor conocido como Porfirio Barba
Jacob. Titulada El mensajero (1987), es el producto de más de diez años de
constante y rigurosa investigación por Colombia, Centroamérica y México.
En 1994 publicó una novela fuera
de su ciclo biográfico, La virgen de los sicarios, sobre la violencia del
narcotráfico en Medellín. Fue llevada al cine por Barbet Schroeder y recibió
críticas encontradas.
Con El desbarrancadero ganó el
Premio Rómulo Gallegos, uno de los más prestigiosos de la lengua española, en
2003. En medio de alusiones autobiográficas y con la inaudita fuerza de un
lenguaje descarnado, Vallejo describe en esta obra la enfermedad y la muerte de
su hermano Darío, presentando reflexiones sobre los temas de la enfermedad (el
sida concretamente), la crisis de la familia, la violencia cotidiana y la
iglesia católica como mal social.
En La rambla paralela (2002) un
cadáver ambulante circula alucinadamente por una Barcelona asfixiada por el
calor y que en la voz del narrador se confunde con Medellín y México, por medio
de una prosa llena de furia y nostalgia, donde se funden en uno pasado,
presente y futuro.
Mi hermano el alcalde (2004)
—novela inspirada en la figura de su hermano Carlos, alcalde del municipio de
Támesis, en Antioquia—, describe irónica pero festivamente los rituales
electorales sudamericanos: promesas irrealizables, votos comprados, electores
fantasmas y compadrazgos. Tras luchar a brazo partido con su ingénita honradez,
el protagonista es elegido alcalde y su gestión, saturada de problemas
económicos y judiciales, redunda en un gran progreso para la ciudad.
Como cineasta, escribió y dirigió
en México dos películas sobre la violencia en Colombia: Crónica roja (1977) y
En la tormenta (1980). Un tercer film La derrota (1984), coescrito con Kado
Kostzer, significó su último trabajo como director.
En 1985 Procultura publicó su
edición de la Poesía
completa de Porfirio Barba-Jacob. Diez años más tarde publica el resultado de
su extensa pesquisa tras el recuerdo de quien fuera uno de los grandes poetas
colombianos: José Asunción Silva; esta biografía, llamada Almas en pena,
chapolas negras, describe el desfalco financiero del poeta y refleja el
ambiente bogotano para finales del siglo XIX.
La mayor parte de sus novelas
tienen por escenario Colombia y sus temas recurrentes son la violencia, la
homosexualidad (ha reconocido públicamente la suya), la adolescencia, las drogas,
su defensa por los animales, y la muerte.
Vallejo también ha cultivado el
ensayo: en 1983, el Fondo de Cultura Económica publicó en México Logoi: una
gramática del lenguaje literario, un ambicioso proyecto investigativo sobre la
escritura literaria, en el que resaltan puntos de vista originales y críticos
sobre el lenguaje, su uso y sus límites; en La tautología darwinista (1998)
intenta refutar la teoría darwinista de la selección y adaptación como causas
de la evolución, que acepta pero teniendo como causa exclusiva las
modificaciones que aleatoriamente pueden producirse en el ADN a nivel
molecular, sin intervención ni influjo del medio ambiente ni de ninguna causa
exterior.
Como narrador ofrece una visión
insolente, iconoclasta, negra y profundamente pesimista del mundo. Su estilo es
áspero y vigoroso y en conjunto representa una de las cumbres de la actual
narrativa colombiana. Un ensayo más, el Manualito de imposturología física
(2005), ofrece una discusión, en forma de sátira, de las construcciones
teóricas de la física; en la voz de un erudito narrador, Vallejo acusa de
impostores a los máximos representantes de la física con la ayuda de la
'imposturología', una ciencia de la impostura inventada por él. El libro ha
sido objeto de críticas especializadas.
El año 2007 publicó La puta de
Babilonia, un ensayo histórico extenso y prolijo, en el que Vallejo expone una
intransigente crítica al cristianismo y la Iglesia Católica.
Él ha definido el libro como un prontuario de crímenes del Vaticano. En
principio debería haber sido publicado por Santillana, la editorial del Grupo
Prisa, pero esta le pidió que eliminara "referencias antimusulmanas, por
miedo a las represalias. Él se negó y fue a Planeta, que se la publicó como la
escribió".
En 2011 ganó el Premio FIL de
Literatura en Lenguas Romances otorgado por la Feria Internacional
del Libro de Guadalajara, por ser un escritor que expresa “su emoción con la
voz de un artista en el que coinciden la realidad de un mundo raro con la
imaginación”.
Fernando Vallejo resalta la
tradición contestataria de la intelectualidad antioqueña, prosiguiendo a
nombres como el mismo Barba-Jacob y Fernando González.
Premios y distinciones
Premio Ariel en 1979, a la mejor ópera
prima y a la mejor ambientación por la película Crónica roja
Premio Ariel en 1981 a la mejor ambientación
por el largometraje En la tormenta
Premio Rómulo Gallegos en 2003,
por la novela El desbarrancadero
Doctor honoris causa de la Facultad de Ciencias
Humanas de la
Universidad Nacional de Colombia en 2009.
Premio FIL de Literatura en
Lenguas Romances en 2011.